A mis nietos y nietas


Si a vuestro paso habéis dejado caer alguna
espina, regresad, arrancadla y en su lugar sembrad
una rosa.

Vuestra abuela que os quiere tanto...


martes, 1 de diciembre de 2009

CARTA Nº 1

Y así amaneció este día


¡Pues, para que veáis, mis queridos y preciosos nietos/as! Hoy, al fin, me decido a dedicaros este blog para que sea una forma más de comunicarnos cosas importantes de las que muchas veces hablamos por el Messenger.
¿Qué os parece? ¿A qué es una buena idea? Ya sé, ya sé que os va a costar trabajillo, o mejor dicho, tiempo y ganas de leer las cosillas de la abu –abuela-, pero bueno, es lo que yo me digo: Algún día las leerán y hasta les gustarán.
Sí, porque en estas cartas que os dedico, hablo de vosotros, hoy por hoy, pero también de ayer, de cuando érais menos que mocosos y la abu ya os escribía y os contaba cosas de toda la familia pero sobre todo de vuestras precocidades y ocurrencias. También de nuestras fiestas, creaciones y, ¡cómo no! de vuestros padres, amigos…
¡Uf! ¡Ya veréis! No, ni van a ser cartas largas ni aburridas. ¡Qué va! Bueno, alguna vez puede que sean así como grises –color que sé no os gusta-, pero la vida es un arco iris en el que cada color es imprescindible para que el resultado sea la maravilla que vemos asomar por el cielo, cuando llueve y sale el sol.
Así que allá que empiezo esta mañana de mucho, mucho frío del 1de diciembre del 2009, cuando las castañas asadas ya huelen por las calles y la Navidad se acerca en luces, villancicos, preparativos…
Son las seis de la mañana y el cielo está de un rosa tan brillante que lo he fotografiado como siempre pero que hoy os dedico con todo el amor del mundo.
Os quiere muchísimo la abu Isabel.

¡Ah! Me estoy comiendo, entre palabra y palabra, una fresquita chirimoya. ¡Qué cosita más buena!