A mis nietos y nietas


Si a vuestro paso habéis dejado caer alguna
espina, regresad, arrancadla y en su lugar sembrad
una rosa.

Vuestra abuela que os quiere tanto...


domingo, 23 de diciembre de 2012

Carta a mis nietos el día de Navidad



Córdoba 24/diciembre/2012

Mis queridos nietos y nietas: En el colegio, en vuestra casa, lo más seguro será que  hayáis leído os hayan contado el relato del nacimiento de Jesús hace dos mil años doce años. No obstante, imaginaos que naciera esta noche en una gran ciudad, por ejemplo, en Córdoba. No hay pastores, ni leñadores y apenas  mulitas y bueyes. El panorama sería bien distinto y yo lo veo más o menos como en esrte cuento que he escrito para vosotros y para todo el que quiera leerlo.
A ver que os parece:

Aconteció en estos días, que se promulgó una ley de extranjería por la que los sin papeles tendrían un plazo entre siete y treinta días para retornar voluntariamente a su país de origen.
Un matrimonio de extranjeros, José y María, con la mujer en avanzado estado de gestación, llegados en patera y que buscaban trabajo en España, caminaban sin rumbo en la noche. Encontraron refugio en una chabola abandonada a las afueras de una gran ciudad.
Sucedió que el segundo día de pernotar en aquel lugar una grúa municipal los desahució, dejándolos a la intemperie una noche muy fría de un veinticuatro de diciembre del año dos mil doce.
Abrazados, retomaron el camino, Repentinamente se vieron obligados a detenerse y buscar nuevo refugio ya que la mujer presentaba síntomas de eminente alumbramiento.
El hombre llamado José, divisó a lo lejos los arcos de un centenario puentecillo. Allí, María –dijo-, allí podrá nacer nuestro hijo.
Y el niño nació y la mujer lo recubrió con su propia ropa y lo recostó en un cálido montón de pacto, junto al fuego preparado por José que daba calor al niño.
Aquella madrugada, trabajadores de una fábrica cercana, al cambiar de turno, los encontraron y le ofrecieron alguna prenda de sus ropas y algo de comida, prometiéndoles dar cuenta a los Servicios Sociales para que les ayudasen. Así, al día siguiente, se personaron, tres mujeres provistas de todo lo necesario para atender al niño y darles cobijo durante el tiempo preciso para que retomaran camino a su país.
Hasta aquí mi visión, hoy, de la Navidad, porque, mis queridos nietos, el mundo, la patria no es propiedad heredada con papeles, sino cielo, dicha y dolor de todos.
¿Sabéis qué es solidaridad? Pues, eso, respeto, igualdad, responsabilidad...
Solidaridad, pues, mejor que caridad. La caridad es humillante porque se ejerce desde arriba; la solidaridad es horizontal  y eso quiere decir que no hay unos por encima de los otros.
Ése, y no otro, es el espíritu de mi Navidad.
¿Qué os parece? Preparaos que esta noche, sí, habrá aguinaldo pero también llevaré el cuaderno para que todos y cada uno escribáis al menos una frase que recuerde esta noche de familia y recuerdo, presencia de ese niño nacido en la noche sin más casa que el cielo por techo.
Os quiero mucho y quiero que seáis siempre conscientes de las grandes injusticias de nuestro mundo para que aportéis vuestra porción de ayuda en favor de los más desafortunados.
                                              



miércoles, 12 de diciembre de 2012

Cuento de Navidad para mis nietos/as

Para vosotros, mis queridos nietos y nietas este cuento que escribo y os dedico con todo mi cariño

LEYENDA DE LA ESTRELLA DE NAVIDAD


 
Dos hombres iban juntos por un camino una noche muy negra: tropezaban, caían, se lastimaban... De pronto, de una montaña, comenzó a descender una bola luminosa que, ante el desconcierto de aquellos hombres, llegó hasta la tierra, posándose, justo, en medio de ellos.
-¡Hola! -dijo una voz musical- Soy el hada de los caminos que he venido para ayudaros. Os he visto caminar con tanta dificultad.... Voy a regalaros unas varitas mágicas. Podéis encenderlas cuantas veces queráis, pero tened presente que la luz se irá gastando y puede llegar el momento  que ya no alumbren más. No lo olvidéis.
Y dicho esto, le entregó las varitas y desapareció.
Uno de los hombres exclamó.
-¡Bien! La encenderé en seguida. Quiero caminar con mucha luz y llegar pronto a mi destino.
El otro hombre dijo:
-Yo prefiero guardarla por si encuentro mayores dificultades porque nunca se sabe...
En poco tiempo los dos hombres se distanciaron. El hombre que había gurdado su luz, caminaba con precaución, cuando oyó una voz que repetía:
-¡Socorro! ¡Que alguien me ayude; me he caído en un pozo y no veo nada!
Entonces, el hombre que llevaba la varita apagada, la encendió y ayudó a salir del pozo al pobre hombre que gritaba.
-¡Bua, buaaa..! -oyó cómo lloraba un pequeño- ¡Tengo mucho miedo. Me he perdido y no sé volver a casa!
El hombre volvió a encender su luz para ayudar al niño. Así, a lo largo del camino, tuvo que ir encendiendo su varita luminosa para ayudar a cuantos caminantes andaban perdidos.
Sucedió que, de pronto oyó cómo un lobo lo perseguía. Cuando fue a encender su varita, se encontró que ya se le había gastado; no tenía más luz.
Pero, ¡oh milagro! El hada apareció de nuevo.
-Como has sido tan generoso -dijo- te convertiré en estrella de  brillante luz, estrella que pueda guiar a los caminantes.
El hada desapareció, pero el hombre, convertido en estrella, vio, de pronto a otro hombre que se había caído por un precipicio y medio moría por los golpes sufridos. El hombre estrella, se posó sobre él reconociendo que era su amigo, el que había querido caminar con la varita encendida.
-¿Qué te ha sucedido? -pregunto el hombre estrella.
-¡Ay, ay, cuánto me duele todo! Se me acabó la luz antes de llegar, tropecé y caí por aquí.
Nada más ayudarle a salir de allí, aparecieron unos Magos que guiados por la luz del hombre estrella tan brillante  iban -decían- a Belen porque querían adorar a un Niño llamado Jesús que había nacido en un portal.
El hombre estrella se despidió de su amigo y le dijo:
-Tengo que llevarlos iluminados  hasta ese portal que buscan.
Así, tras su luz, encontraron al Niño Dios y el hombre, convertido en estrella para siempre sigue en el cielo guiando a todos los caminantes, y cada año, vuelve a ser la estrella de los Reyes que vienen de Oriente.

Y colorín, colorete,
el que no corra,
no llega  al retrete.


¿Os ha gustado? Pues, lo mejor es que todos podemos ser luz con tan solo apretar el botoncito del contacto, pero no la podemos malgastar que está muy cara y, sobre todo, porque la podemos necesitar para tantas cosas nuestras y de los demás...
Os contare más cuentos  antes de la Navidad. Mil, un millón de besos.
Que todos seamos estrellas, al menos por una noche.





domingo, 9 de diciembre de 2012

Preparando el Belén con mis nietos/as

Para mí, y creo que para una inmensa mayoría de gente, las Navidades son, ante todo, fiestas familiares en las que deben primar, por consiguiente, las convivencias entre primos, tíos, abuelos, hermanos... Convivencias que a los abuelos y abuelas, en gran parte,  nos toca promover y que serán de tal agrado para los nietos/as que siempre quedarán en ellos el buen recuerdo de días compartidos en paz y amor.
Por eso, los preparativos deben formar ya parte de ellas y deben  encauzarse como algo creativo y sencillo que sea asequible a todos, tanto en lo económico como en el grado de dificultad.
Para ello, por ejemplo, el Belén de plastilina del que es gran artífice mi hija Isabel María, pero que, no obstante, aprovecho su excelente idea para hacerla extensiva a mis nietos/as.
También, y por iniciativa de mis nietas, los hacen de cartulina: los dibujan y los recortan.

Para ello, lo primero y muy principal, ponernos de acuerdo en lo que cada uno va a hacer: pastores, Reyes Magos, Misterio, personajes variopintos, etc.
Lo segundo, también importante, hacer ante ellos una figura de forma que les sirva de orientación de cómo usar la plastilina.
Tercero que se reunan o qu ela hagan por separado, según circunstancias.
Y cuarto, la colocación del Belén en la casa elegida entre todos.

¡VENGA, MIS QUERIDOS NIETOS Y NIETAS!

 ¡A cantar!
¡A trabajar!
¡A poner el Belén!
¡A ser felices y amar!
¡Que mñana es Noche Buena
y pasado Navidad!

Veamos ejemplos.

 







 DE PAPEL




jueves, 22 de noviembre de 2012

Carta a mi nieto Gonzalo


 
 
(A mi nieto Gonzalo, el mayor de los ocho en su sexto cumpleaños)

Querido Gonzalo: Por fin has cumplido seis años, estás en una clase de “mayores”, juegas al fútbol y hoy has metido tu primer gran gol.
En las gradas del polideportivo, tu madre, tus otros abuelos y yo nos rompíamos las manos haciendo palmas, y tú, creyéndote televisivo, corrías por la pista imitando los movimientos y gestos de los grandes triunfadores. Era tal la dimensión del éxito que experimentabas que, incesantemente preguntabas: ¿Cuánta gente me habrá visto? ¿Y ya todo el mundo me reconocerá...? ¿Y ya soy famoso?

Doce de la noche. Hora en la que amainan los vaivenes del día y escucho los ecos nostálgicos de tu alegría y expresiones de felicidad por ese gol que de casualidad metiste y que, no obstante, para ti ha supuesto el paso definitivo a la “fama”. ¡Qué maravillosa ingenuidad la tuya, vida mía!
No obstante, los años, la gente la envidia en definitiva, a mala idea, te dispararán tal cantidad de “goles” que debes adiestrarte pronto en el arte de ser un excelente “portero” para no perder tu capacidad de lucha y dejarte transformar  en un mero, vulgar y vil jugador de malas y fuertes patadas.
Y en eso pienso, cuando tu duermes y sueñas con esta tu primera noche de campeón, y es que meter un gol en buena lid y que haya manos para aplaudirlo es cosa importante porque, a tus años, sobre todo, la autoestima crece y con ella los seres humanos se van elevando sin aristas, entendiendo que los dulces sonidos de la alabanza hay que ganarlos a pulso porque los gratuitos son monedas falsas que empobrecen y atontan al que las recibe.
Cuando tengas años para comprender, lee estas líneas que te dedico y, en ellas, estas palabras: el envidioso no es otra cosa que un ser inferior que solo se delata.
Duerme y sueña con tu “televisivo” primer gol, y sigue creyendo que el mundo entero te reconoce por él, porque, mientras así pienses, el don maravilloso de la ingenuidad seguirá palpitante en el rutilar de esos tus ojillos negros.
Al mundo, ya lo aprenderás, vida mía: nuestros triunfos le importan un bledo.
Es cierto, queridos nietos, y aprovecho esta carta que dediqué a Gonzalo, cuando tenía seis años, que todos los seres humanos deseamos ser famosos o, al menos, protagonizar algo que merezca el aplauso de los demás. Nadie quiere ser invisible y todos, en mayor o menor grado, nos creemos merecedores de la admiración de cuantos nos rodean.
No obstante, es bueno que conozcáis la condición humana y que os conozcáis a vosotros mismos. Todos deseamos la inmortalidad, el no quedar perdidos en la historia, el destacar y ser reconocidos.
Sucede que para mucha gente este legítimo deseo se convierte en una especie de obsesión, en una necesidad tan vital que están dispuestos a todo por tal de lograr ese lugar que consideran de privilegio y así llenar ficticiamente vacíos interiores y vivenciales.
Y, ¡claro! el deseo, como os digo, es legítimo, pero la fama, el protagonismo hay que ganarlo. No, no se inventa a consta de avasallar, desplazar, robar y ocupar propiedades que pertenecen a otros. Es justo y muy digno el reconocer méritos ajenos, y dice mucho de la persona que sabe, humildemente, quedar a un lado, aunque eso es algo bien difícil.
La fama, que tanto deseáis y tanto os gusta, se ha constituido en un síndrome psíquico que impulsa a muchos seres humanos a ser extravagantes, creídos, soberbios…, haciéndoles creer que son lo que realmente no son y, cuando descubren algún conocimiento o valor especial o cuando saben de ciertas virtudes, circunstancias de la vida de los demás, muchas veces, en lugar de aplaudir, descalifican y tratan de anular al auténtico protagonista.
Pero no olvidéis algo que os dice vuestra abuela con el corazón y su verdad en la mano: ¿Creéis que puede dormir tranquilo quién paga, roba o se apropia ideas, gloria que no le pertenecen?
 Seguro que no y seguro que la mayor tranquilidad, la mayor felicidad siempre os vendrá dada por una conducta correcta.   
Por todo esto, y para terminar, os quiero decir que no perdáis jamás el espíritu de superación, el deseo de ser cada día mejores, más útiles y valiosos. Así os sentiréis, al final del camino, triunfadores, auque no os haya llegado la codiciada fama. Os quiero, os quiero y os quiero.

¿Un cuentecito? ¡Vale! Ahí va 

La COMETA Y EL GORRIÓN
Una cometa presumía, ante el vuelo de un gorrión, de volar muy alto y desafiar al viento, pero, cuando éste cesó, la cometa cayó al suelo. El gorrión, humilde, se posó junto a ella y le dijo:
-Lo siento, amiga. Mis alas son pequeñitas pero mis vuelos no se deben a ningún viento.

¿Entendéis la moraleja? Seguro que sí. Ya veis: No llega más lejos el que aparentemente sube y sube, aventado por intereses ajenos que una vez que cesen, caerá sin remedio.

Llega más lejos el que logra levantar los pies del suelo con su esfuerzo y de verdad.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Retahíla del pajarito

Mis nietos aprenden estas sencillas retahílas, repitiendo el estribillo, al tiempo que hacen palmas, espavientos, gestos,etc. Aprender, por encima de cualquier otro objetivo, debe conllevar el pasarlo bien. ¡Fuera, pajarito, fuera de aquí! lo repite hasta el más chiquitín de mis nietos que empieza a hablar.
Aprender jugando es la cuestión
.


Un pajarito hizo su nido
en la cunita
de mi niño lindo.

¡Fuera, pajarito.
fuera de aquí,
esta cuna es de mi niño
que tiene que dormir!

Un pajarito puso su huevo
en la cunita de mi lucero.

¡Fuera, pajarito,
fuera de aquí
que esta  cuna es de mi niño
y tiene que dormir!
El pajarito no se quería ir
mi mamá y mi papá
lo echaron de allí.

¡Fuera, pajarito,
fuera de aquí
que esta cuna es de mi niño
y tiene que dormir!







miércoles, 17 de octubre de 2012

Escribo y leo con mis nietos


Mis queridos chiquitines: Ya vais sabiendo leer y escribir. Por eso, hoy, os invito a que le pongáis texto a estos dos sencillos cuentecitos.
Para que os resulte más fácil, contestad a cada una de las preguntas que os hago en las respetivas viñetas.

CUENTO Nº 1
Primero: ¿Qué título le pondríais a este primer cuento?

TÍTULO

------------------
1ª VIÑETA ¿Qué ves? Escríbelo empezando así: Esto era una vez un     pastor

2ª VIÑETA: ¿Qué pasa? Pensad bien qué puede estar pasando en la segunda viñeta.


3ª VIÑETA: ¿Cómo termina este cuento?

¿A qué es sencillo? Fijaos bien en todos los detalles y escribid debajo de cada viñeta.

..........................................


CUENTO Nº 2

Primero ¿Qué título pondríais a este cuento? Miradlo bien antes.

 TÍTULO

____________



1ª VIÑETA ¿Qué veis? Escríbidlo empezando así: Esto era una vez un una muñeca... 

2ª VIÑETA: ¿Qué pasa? Pensad   qué puede estar pasando en la segunda viñeta.

3ª VIÑETA: ¿Cómo termina este cuento?

¡¡Ah, bueno, una cosa más! Si vuestros papá o mamás os los sacan por la impresora, coloreadlo y quedará precioso. Luego los veré. Besos, lindos.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Mis nietos juegan y aprenden

Un rato de juego simultaneado con divertidos números que dibujan y aprenden. También repitiendo divettidas retahílas.



Cinco números voy a dibujar
del uno al cinco
para empezar.





Y ahora repito graciosas retahílas
para aprender a leer
           ¡que una, que dos  y que tres!          
 ................

UNA RATA RATONERA
Una rata ratonera

sube y baja la escalera,

se pasea por Melilla,

se pasea por la plaza,

y roe que roe

pipitas de calabaza.

 
Una rata ratonera

sube y baja la escalera,

se pasea por la playa,

se pasea por Madrid

y roe que roe

rosquillas de ajonjolí.

 
Una rata ratonera

sube y baja la escalera,

se pasea por la sombra,

se pasea por el sol

y roe que roe

pipitas de girasol.

---------------------

 
¿QUÉ SUCEDE EN ESTA CASA?

¿Qué sucede en esta casa?

Que se casa Nicolasa

con el hijo de Tomasa.

¿Qué sucede en este barrio?

que se caga mi canario

en el moño de Rosario.

 
¿Qué sucede en este gimnasio?

Que hace circo don Ignacio

con chaqueta de payaso.

 
¿Qué sucede en este jardín?

Que ha llegado don Joaquín

A cambiarse un calceín.

 
¿Qué sucede en la bañera?

Que una niña puñetera

Se tragó la jabonera.





sábado, 22 de septiembre de 2012

Canción de otoño para mis nietos

Mis queridos nietos y nietas: Otra vez estamos en el otoño. Atrás quedaron barcos, gaviotas, olas, vacaciones... Hoy el paisaje ha cambiado: hojas que caen, pájaros que emigran, papeles que vuelan, nubes que llegan... Y libros, cole, frío, casa... Sé bien que a más de uno, como a mí, le gusta este tiempo. Sí, el decorado  es otro pero seguimos siendo protagonistas en el bello escenario de la vida. Por eso, tenemos que hacer bien nuestro papel en cualquier estación del año y con las circunstancias que se nos presenten.
Esta tarde estuve en la sierra, que ya huele a madroños, chimenea, peroles... Pronto nos veremos todos allí y pasaremos días inolvidables junto al fuego que á los más chiquitines tanto les guta.
¡Ah! Y felicidades a mi precioso y súper bueno Gabriel que hoy cumple nueve años.
Esta postal la he hecho para mis hermanos y amigos, pero quiero que también vosotros la veáis en este blog que con tanto cariño os dedico. También la poesía que escribí en mi paseo de ayer a la sierra. Os quiero y os quiero.



OTOÑO EN LA SIERRA
(Para mis nietos y nietas)

Un pino, dos, tres...
¡Qué sosegado paseo, camino del yermo
que en negra calma me mira!
Casi noche ya; casi frío ya.
Fin de semana.
Cósmico placer la soledad.
Ladridos de perros, crujir de cancelas,
chirriar de pozos, ecos de pasos,
murmullo de recuerdos…
Avena loca, jaras, hierba crecida, mucha hierba…
¡Dios qué momentos de felicidad!

Pequeñas cosas, pasajeras cosas, muy queridas cosas
me conmueven y galopan por el alma,
en un volcán de sentires.

¡Déjame, Dios, un día más para repetirlas
mañana, pasado el otro…!

Un pino, dos, tres y bandadas de pájaros que se van,
Y humos de fogatas que los perolistas apagan
Y un olor a otoño que me dimensiona más allá de mi nada
y me confunde, como elemento más de este paisaje, rincón del mundo.

La tarde cae. El otoño llega, himno glorioso,
y yo con los brazos abiertos lo recibo.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Empezando el curso con mis nietos



Se acabó lo bueno y empieza un día mejor

¡Ea, mis queridos nietos y nietas! La gente suele exclamar, cuando se terminan unas vacaciones: ¡Se acabó lo bueno! ¿A que lo habéis oído alguna vez?
Hoy me uno a vosotros para comenzar el curso y os quiero decir que vamos a entrar con buen pie, estrenando libros, aula, profe y, sobre todo, quiero que estrenemos ilusiones nuevas.
Sí, ilusiones, porque el aprender, el progresar, el trabajar no puede ser para nadie una rutina, un aburrimiento del que deseamos escapar, ya que, todos sin excepción, caminamos, día a día, hacia una meta cuya escalada conlleva esfuerzo, pero es nuestra particular aventura de vida. Habrá espinas en el camino, pero solo  deberemos detenernos el tiempo justo para sacarlas de nuestros pies y seguir caminando.
¿Sabéis qué pienso? Pues, algo que puede ser  cierto o, al menos, a mí me lo parece y me sirve. De sobras  conocéis ya el relato de la creación en el que se dice que el séptimo día Dios descanso, y sabéis que un día no se puede considerar como las veinticuatro horas  de lo que nosotros llamamos días, sino a una larga tirada de muchos años.
Bueno, pues yo creo que ahora estamos  creando el octavo día y lo tenemos que crear entre todos, aportando cada uno su granito de arena que bien puede ser un trabajo bien hecho, una actitud solidaria ante los demás, un entender la justicia, el amor y muchas más cosas.
Pero, claro, a vosotros os toca la porción del aprender valores, conocimientos, os toca educaros en el respeto, compresnsión, reflexión... Os toca aportar ese pequeño esfuerzo, que lo es de todos, de cumplir con el deber lo mejor que sepáis.
Así que, si se acaba lo bueno, con el fin de las vacaciones, añadidle otra coletilla: Y empezamos otro mejor.
Y una confidencia para terminar que no puedo decir en voz alta porque me lloverían los abucheos, y no precisamente de vosotros, mis preciosos y querido snietos: ¡Ni un solo día de mi vida profesional he asistido a clase sin ilusión! Es más: deseba terminar las vacaciones para ver la cara de mis nuevos alumnos/as. ¿Os parece raro? Creo que no, porque me conocéis. ¡arriba, pues!
¡Ah! En mi cole se cantaba: Al colegio, que ya es hora, sin demora, vamos, pues, nos lo exige, nos lo manda la ley santa del deber.
¡Vámonos ya con alegría! Os quiero.

martes, 21 de agosto de 2012

Compartiendo fotos con mis nietos/as

Mis queridos nietos y nietas: De sobra sé cuánto os gustan  mis fotografías. A veces, afiiconados ya vosotros  también a la fotografía, me mandáis algunas que son, para mí, auténticas maravillas.
Por eso he seleccionado las mejores, para mi gusto, de este verano, y os las dejo aquí para que las compartáis, posiblemente, con otros niños/as y, sobre todo, con otros abuelos que saben cuánto cariño ponemos en todo lo que os dedicamos.
Así que no sé si acertaré pero he seleccionado  algunas de las que más me gustan a mí.
No olvidéis nunca que la belleza puede encontrarse en cualquier lugar o en cualquier cosa porque  más que en lo que  pasa por nuestra mirada, reside en nuestra alma que se traduce en pequeñas cosas como, por ejemplo, en estas fotografías. Os quiero  mucho, mucho.




sábado, 11 de agosto de 2012

Un verano más para el recuerdo



Mis queridos nietos y nietas: Tras tiempo sin escribir en este Blog y tras días  de convivencia con todos vosotros en el apartamento de la playa, quiero retomar mis  escritos en este blog que os dedico con inmenso cariño. En él quiero verter lo mejor que pueda haber en mí; lo peor, si no lo habéis descubierto, ya llegará el día, pero de todas formas quiero deciros algo: Todos somos mejor que peor. ¿Lo entendéis? Yo creo que sí.
Hoy os quiero dedicar algunas reflexiones de este verano y ya oigo a mi Gonzalo primero -el mayor- exclamar: ¡Jo, abuela!
No obstante, con el ¡jo, abuela! por descontado, allá que voy, aunque os voy a colgar unas fotos de este verano que os van a gustar. ¿Recordáis la historia de mi gaviota? Ya hablaremos de ella.




Mi amiga gaviota, un poco vieja y un poco enferma

La vida, mis querido nietos y nietas, de cada uno es como un río que con su propia corriente camina y crece hacia el mar. No obstante, quiero legaros mi reto de cada amanecer, las claras deducciones que en este imparable viaje se han ido escribiendo en la blanca pancarta de mis días. Puede que tan sólo sean algo así como pequeñas olas que acaricien la reseca piel de lo que serán vuestros largos pasos, pero me vale la pena el esfuerzo, si logro alcanzar, al inmenso océano que es vuestra presencia en el mundo.
La vida, mis preciosos nietos, es una página en blanco que se nos entrega en el instante mismo de nuestro nacimiento. Hasta el día que somos capaces de pensar y decidir, son los demás los que escriben en ella, pero llega un momento, puede suceder, o que cojamos la pluma y nos convirtamos en protagonistas, lo cual nos será, contradictoriamente fuente de gratificación y dolor, o dejados llevar por la comodidad, aceptemos la letras que los demás sigan imprimiéndonos al ritmo de nuestros pasos. Esta actitud, antes o después, nos exigirá estampar una firma de autenticidad que nos podremos ratificar con la consiguiente frustración.
También la vida es un cúmulo de conveniencias: yo te doy; tú me das. En la vida todo se puede vender, cambiar o comprar.
Pero la mayor tranquilidad de conciencia os vendrá dada por el riesgo corrido en servir, en regalar, en amar sin precio.
No importa que nuestro nombre quede fuera de esas inútiles urnas que sirven al poderoso para recontar y regodearse con la fidelidad de sus incondicionales satélites y otorgarles la recompensa que ansían: ser considerados, tenidos en cuenta…
Pero esas urnas sólo son un cajón de mentiras; mejor no estar en ellas.
Finalmente os digo: la vida es un camino por recorrer. En él encontraréis de todo, pero jamás caigáis en la tentación de inmovilizaros en punto alguno por blanco o negro que sea.
Continuad siempre hacia delante sin mirar para atrás, porque una luz que se apaga no volverá a lucir por mucho que nos duela. Podemos, eso sí, guiados por su rastro, colgar una nueva en el horizonte de nuestros pasos. Y no os perdáis lo sucesivo que siempre será sorprendente, y sobre todo no dejéis de marcar huellas que sirvan de guía a otros caminantes.
¡Adelante, mis niños y niñas! Sois personajes de excepción de este provisional escenario que es la vida. Representad, con la mayor perfección posible, vuestro papel, porque en ello encontraréis la recompensa. Nacimos con un proyecto debajo del brazo: colaborar a que este nuevo Día sea como un luminoso arco iris que, de extremo a extremo del universo, luzca fecundo para todos los seres humanos.
No hay tiempo que perder. Somos criaturas en cuyas miradas asoma el alba; somos corazón y vida por donde fluye el maravilloso ocaso de cada atardecer. Somos himno que entona sueños, mientras tejemos el sutil relámpago que cruza el cielo y lo ilumina en blanca vorágine de altura.
Somos belleza y amor.
Somos, y ahí radica el milagro, solitario bosque de felicidad.
¡Ojala un día, pronto, ya, estéis listos para ir tomando el pulso a la vida y grabando en el tapiz inmaculado de los momentos, la sinfonía de vuestras maduras realidades! Será, sin duda, la mejor herencia que os pueda legar, con la que podréis arribar al mar, crecidos y en paz.
Y el cuco de mi reloj me da de nuevo la hora. La una en punto de la madrugada. Apago el ordenador, me asomo a la terraza y, como cada noche, mi sencillo deseo que viene a ser mi mejor oración: Que haya paz y amor en el mundo y que todos los niños tengan felices sueños.
Os quiere muchísimo la abuela Isabel





viernes, 15 de junio de 2012

Jugando con mi nieto chiquitín

Para ti, mi precioso neto Gonzalo, el más chiquitín y por ser "abela", tu primera palabra que, cuando te la oigo, hasta se me cae la baba. Un montón de apretones.


Palmas, palmitas

Vienen y van

De las manitas de mi niño

A las manos de su mamá.

 
En el plato de mi niño

Una mosca se metió

Por golosa y atrevida

Los bigotes de quemó.

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Un pajarito se fue a la carretera

y  le rompió un ala una moto puñetera.

El pajarito lloraba porque no podía volar:

¡Mua, mua, mua!

¡Quiero ir con mi mamá!

Y Gabriel, un niño bueno, con cuidado lo cogió,

Y con una tirita el ala le curó.

Ya estás curado, pajarito –ledijo-,

ya puedes volar,

Pero ya sabes que tienes que hacer

siempre, siempre  caso de tu mamá.

viernes, 8 de junio de 2012

ENTREVISTA

EL ARTE DE ENVEJECER / ENTREVISTA


jueves, 7 de junio de 2012

Ver un cuento con mis nietos

El viejo árbol es una cuento del que soy autora y que está editado porSM. En muchos colegios lo han contado y escenificado. Hoy lo veo con mis nietos desde un colehio de Huesca.

sábado, 2 de junio de 2012

Creando con mis nietos




Son muchas las formas de pasar buenos ratos con los nietos, pero hoy vamos a ver una forma creativa y sencilla de hacer flores con variopintas aplicaciones y que entretienen y gustan mucho a los niños, tan alejados en estos tiempos de las manualidades.
Le hemos puesto de nombre, Flores de seda, por eso de usar papel fino como la seda.

Veamos, paso a paso, la forma de hacerlas.


FLORES DE SEDA

(Actividad válida para maestros/as)
  
Resulta muy divertido el que, cada vez que como con niños, terminamos haciendo flores con servilletas. Sinceramente, es algo que a todos les ilusiona y que, siguiendo mis instrucciones, hasta los más pequeños lo consiguen. Por supuesto en el aula podemos contar con muchas más posibilidades, como iremos viendo. Pero empecemos por los materiales.
 
 
MATERIALES NECESARIOS
 
(Nos vamos a referir al aula, ya que en cualquier mesa, y con lo elemental, se pueden lograr bonitas flores)
 
  Simples servilletas de papel que pueden ser blancas o de distintos colores.
  • Papel de seda o cebolla que para mí es el mismo.
  • Pequeños trozos de lana o similares para poder hacer un pequelo nudo.
  • Tijeras.
  •  Barra de labios, bien ya usada, bien de las más económicas.
  •  Purpurina en polvo o líquida.
  • Algún sencillo recipiente para colocarlas.
 
MODO DE HACERLAS
 
1 Si las servilletas son de las que ponen en los bares –pequeñas- nos sirven tal cual pero si son demasiado grandes o queremos hacer las flores de otro tipo de papel, tenemos que empezar por cortar tres o cuatro cuadrados idénticos en tamaño del papel que deseemos.
 
2 Los cuadrados se superponen de forma que resulten como uno solo.
 
3 Se doblan como para hacer un abanico, cuidando mucho de que todos los dobleces –tamaño un dedo o poco más- sean idénticos y resulten superpuestos.
 
4 Seguidamente pasamos a atarlos por el centro, como vemos en la figura 1. No hace falta apretar mucho el nudo. Tan sólo lo preciso para que el centro quede presionado.




FIGURA Nº 1
 
5 Se procurará qaue del nudo queden colgando dos cabos no muy largos.
 
6 Y a continuación viene la parte más delicada, ya que el papel, si no ponemos mucho cuidado, se nos puede romper. Consiste en ir separando las capas de derecha e izquierda, desplazándolas hacia el centro lo más posible para evitar que se nos vea el nudo. Figura 2




FIGURA Nº 2
 
7 Prácticamente la flor, con esto podía estar terminada pero la podemos mejorar si con la barra de labios o purpurina, le damos unos ligeros toques por los bordes. Figura 3




FIGURA Nº 3
 
8 Si queremos hacer un ramo, cuando tengamos varias, las podemos ir atando en una rama seca que busquemos y que pintaremos con algún tipo de barniz o pintura.
 
9 Finalmente, la colocaremos en el recipiente preparado que debemos decorar de la forma que mejor veamos. Figura 4



FIGURA Nº 4
 

 
SUGERENCIA
 
Una buena idea, de cara a motivar a los niños consiste en fijar una fecha para celebrar el Día de la Flor y que consistirá en que todos aporten la mejor que puedan conseguir pero sobre todo la que resulte más creativa y que debe ser elegida por los propios alumnos.