A mis nietos y nietas


Si a vuestro paso habéis dejado caer alguna
espina, regresad, arrancadla y en su lugar sembrad
una rosa.

Vuestra abuela que os quiere tanto...


domingo, 16 de septiembre de 2012

Empezando el curso con mis nietos



Se acabó lo bueno y empieza un día mejor

¡Ea, mis queridos nietos y nietas! La gente suele exclamar, cuando se terminan unas vacaciones: ¡Se acabó lo bueno! ¿A que lo habéis oído alguna vez?
Hoy me uno a vosotros para comenzar el curso y os quiero decir que vamos a entrar con buen pie, estrenando libros, aula, profe y, sobre todo, quiero que estrenemos ilusiones nuevas.
Sí, ilusiones, porque el aprender, el progresar, el trabajar no puede ser para nadie una rutina, un aburrimiento del que deseamos escapar, ya que, todos sin excepción, caminamos, día a día, hacia una meta cuya escalada conlleva esfuerzo, pero es nuestra particular aventura de vida. Habrá espinas en el camino, pero solo  deberemos detenernos el tiempo justo para sacarlas de nuestros pies y seguir caminando.
¿Sabéis qué pienso? Pues, algo que puede ser  cierto o, al menos, a mí me lo parece y me sirve. De sobras  conocéis ya el relato de la creación en el que se dice que el séptimo día Dios descanso, y sabéis que un día no se puede considerar como las veinticuatro horas  de lo que nosotros llamamos días, sino a una larga tirada de muchos años.
Bueno, pues yo creo que ahora estamos  creando el octavo día y lo tenemos que crear entre todos, aportando cada uno su granito de arena que bien puede ser un trabajo bien hecho, una actitud solidaria ante los demás, un entender la justicia, el amor y muchas más cosas.
Pero, claro, a vosotros os toca la porción del aprender valores, conocimientos, os toca educaros en el respeto, compresnsión, reflexión... Os toca aportar ese pequeño esfuerzo, que lo es de todos, de cumplir con el deber lo mejor que sepáis.
Así que, si se acaba lo bueno, con el fin de las vacaciones, añadidle otra coletilla: Y empezamos otro mejor.
Y una confidencia para terminar que no puedo decir en voz alta porque me lloverían los abucheos, y no precisamente de vosotros, mis preciosos y querido snietos: ¡Ni un solo día de mi vida profesional he asistido a clase sin ilusión! Es más: deseba terminar las vacaciones para ver la cara de mis nuevos alumnos/as. ¿Os parece raro? Creo que no, porque me conocéis. ¡arriba, pues!
¡Ah! En mi cole se cantaba: Al colegio, que ya es hora, sin demora, vamos, pues, nos lo exige, nos lo manda la ley santa del deber.
¡Vámonos ya con alegría! Os quiero.