A mis nietos y nietas


Si a vuestro paso habéis dejado caer alguna
espina, regresad, arrancadla y en su lugar sembrad
una rosa.

Vuestra abuela que os quiere tanto...


sábado, 31 de agosto de 2013

Felicitación a mi nieto Ramón




Esta foto es de la Navidad. ¿Te acuerdas? 
Yo fui muy feliz y tú no querías  fotos, pero ahí estás guapo, guapo.

Mi querido Ramón: ¡Por fin llegó el día de tu santo! Sabes que, como hacemos siempre, nos vamos a reunir  todos para comer y   entregarte unos regalillos.  Yo no sé todavía qué te compraré. Será algo sencillito pero que te pueda sorprender. ¡Ya veré!
Pero antes de nada quiero explicarte algo: ¿A que con lo listorro que eres y lo mucho que sabes y lo bien que manejas el ordenador a tus nueve años, no tienes ni idea  sobre el santo de tu nombre? Sí, Ramón Nonato.
Bueno, te lo cuento y verás que es interesante. Nonato quiere decir no nacido. Y tú me dirás: Abuela, ¡claro que nació! ¡Si es mi santo!
Y con eso me quieres decir que vivió y llevas toda la razón. No obstante, se le llama nacimiento al acto de salir de las barrigas de las mamás gracias al gran esfuerzo que ellas hacen y que es la forma natural de que nazcan los niños, pero tu santo no nació así. Su mamá murió antes de que él naciera. Sí, se quedó vivo dentro de ella y los médicos le hicieron una operación y lo sacaron. Por eso se le llama neonato. ¿A qué lo entiendes?
Pues ahora, me voy a arreglar y voy a comprarte el regalo. No sé las veces que me has preguntado, ¿qué me vas a regalar, abuela?  Y no te lo he dicho porque es una sorpresa pero, por adelantado te digo que nada que ver  con tantos juegos de ordenador, y de la tele como tenéis. ¡De eso, nada de nada! A mí me gusta veros  jugando a correr, al  esconder, a dar saltos y esas cosas y me entristece un poco, cuando pasáis tanto tiempo con las maquinitas y los móviles Ya os he contado muchas veces que, cuando yo era niña no había nada de eso y que a mí me parece bien que ahora tengáis tantas cosas, pero yo creo que entonces los niños  y niñas éramos más felices porque lo teníamos que inventar todo. ¡Tenías que haber visto las bolas de barro que yo hacía y con ellas le ganaba a los niños que me llamaban marimacho por gustarme juegos que decían eran de niños. Ya ves que tonterías. ¡Y anda que no echaba bien el trompo y anda que no conducía  bien el aro!
En fin, mi vida que me pasaba la vida jugando e inventado juegos: maquinitas de cine, muñecas de trapo, casitas de cartón, etc. etc.
Y ya termino. Que seas  siempre tan feliz como este día y si no lo puedes ser, recuerda siempre los momentos de alegría compartidos con padres, hermanos, tíos, primos y con esta abuela que te va a dar el abrazo más grande del mundo.