A mis nietos y nietas


Si a vuestro paso habéis dejado caer alguna
espina, regresad, arrancadla y en su lugar sembrad
una rosa.

Vuestra abuela que os quiere tanto...


jueves, 25 de diciembre de 2014

Amanecer de Navidad para mis nietos


Mis queridos nietos y nietas: 

Una preciosa imagen para que recordéis  siempre cómo fue el  amanecer del Día de Navidad del  2014. 
La hice ayer, día 25, de madrugada, cuando fui a tomar café a la gasolinera de Chinales, único  establecimiento abierto a esta hora. Os quiero, lindos.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

SENTARSE A LA MESA Y ALGUNAS IDEAS


Los únicos goces puros y sin mezcla de tristeza que le han sido dados sobre la tierra al hombre, son los goces de familia.

Queridos nietos/as: hoy toca sentarnos a la mesa.  Me voy a referir, de nuevo,  a la que ya  os recomendé el año pasado pero mi padre decía que  hay que “machacar” los temas educativos. Así que ¡a machacar me toca!
¡Ea, mis queridísimos nietos y nietas,  esta noche sí es ya Noche Buena! ¿Tenéis preparado el cuaderno dónde todos escribamos al menos una frase? Por si acaso, llevaré yo uno con buen boli para que no haya excusas.
Seguro que esta mañana iréis de compras con vuestros padres que vivieron esa entrañable costumbre, cuando eran niños. Vividla a tope y sé conscientes de esos momentos felices  de familia  unida que se quiere.  Yo, entre tanto, prepararé los aguinaldos que este año con la crisis… ¡Bueno, no os preocupéis que los he recortado poco, muy poco!
Y unas palabras tan solo para que todos dediquemos un momento a recordar al abuelo Mariano que tanto le gustaban estas fiestas y que, era tan generoso, que la última Navidad que pasó con nosotros, muy enfermo  ya, ¡ni una palabra de tristeza! Al contrario, cantó, bailó, tiró  petardos y preparo “los platos gordos” que era cómo llamábamos a la cena. Así que, siguiendo su ejemplo, nada de  penas ni recuerdos: ¡a ser felices y dar gracias por lo mucho que tenemos!
Y ahora unos consejitos para esa mesa de cena en la que todos nos vamos a sentar.   
A la mesa hay que sentarse bien vestidos, limpios, peinados… Y esto no quiere decir que tengamos que estar incómodos, tensos, con ropas súper lujosas. ¡No, no, ni mucho menos! 
Sentarse bien a la mesa  implica otras muchas cosas como saber usar debidamente los cubiertos, saber cortar la carne, comer el pan sin dar bocados a un solo trozo, sino a pedacitos chicos, masticar sin ruidos, evitar que se vea la comida en la boca,  sentarse bien en la silla,  etc. etc.
Las servilletas no son baberos de niños pequeños, luego no os las colguéis del cuello. Usadla con discreción, puesto que van quedando manchas de comida.
Si no os gusta algo de la comida, como mínimo, probadlo pero no le hagáis ascos ni expreséis con gestos o palabras vuestros desagrado. Pensad que las persona  o personas que han cocinado lo han hecho con el mayor interés y esmero para agradar. Así que es de buena educación elogiar lo que se come.
Escuchad al que habla y evitad hablad a la vez y en voz tan alta que solo parezca ruido. Evitad las peleíllas que tanto os gustan entre hermanos.
Si os da tos o tenéis que estornudar, hacedlo con el mayor disimulo posible. Por supuesto, nada de eructos.
No habléis con la boca llena. Es horroroso que los demás nos vean masticar la comida.
Pedir las cosas por favor. No  os levantéis de la mesa, aunque hayáis terminado de comer, hay que esperar a que terminen todos.
Para coger agua o pan, no paséis el brazo por encima del plato de otro. Pedidlo al que lo tenga más cerca.
Y en fin que esto parece un recetario más que mi cartita de Navidad, pero me toca enseñaros y, desde luego, seguir aprendiendo que es mucho.
Cantad, bailad, reíd... Dedicad también un recuerdo a los que no tienen techo, ni plato, ni Navidad ni nada de nada.  .
Y ya termino. Recordad siempre que solo el amor salva y es la mejor fuente de felicidad. Dar y recibir amor es el mejor motor para vivir  y morir en plena conciencia de haber valido la pena  nuestra existencia. Os quiero muchísimo.

Alguna buena idea para los posibles mayores que lean este blog:
Yo tengo por costumbre dar esta noche el aguinaldo a todos, pequeños y mayores. Y lo hago de la siguiente forma: preparo sobre de colores. En ellos introduzco el aguinaldo que va en función de la edad de cada uno. Los sierro bien y  en cada uno de ellos escribo el nombre del destinatario y la cantidad en Euros. Luego todos los llevo en una bolsa. A la hora de repartirlos- la más esperada de la noche-, mis nietos pequeños van sacando y cantando, al estilo de la lotería, nombre y cantidad a la que todos corean con la palabra ¡Eeeeurooos!
Vale la pena cualquier sacrificio económico por ver la cara de todos  que, en corro y a coro recogen su sobre. Siempre preparo alguna broma, como sobres vacíos que, ¡claro!, tienen repuesto, y cosas así que nos divierten a todos.
Otra idea que a mí me gusta, consiste en el mismo cuaderno que escribimos todos,  plasmar la silueta de las manos de todos y cada uno con su nombre. ETC:
Bueno querida familia de Facebook, que os tendré presentes y que os quiero y deseo seáis todo lo felices que podáis valorando –insisto- las pequeñas grandes cosas que son muchas.



sábado, 20 de diciembre de 2014

Navidad con mis nietos/as



Mis queridos nietos y nietas: De nuevo estamos en Navidad. ¿Recordáis las   recomendaciones que os daba el año pasado sobre cómo poner la mesa, sentarse a la mesa, etc.? Bueno, pues  las tenéis en este Blog, que yo no  borro y si no lo leéis un día, será otro. Quierop recordaron que la Navidad, más que una fiesta es una reflexión acerca de cómo pudo ser el nacimiento de Jesús,. pero sobre todo, cómo sigue siendo la vida y el nacimiento de  muchos, muchos niños cuyos padres no tienen  de nada. Por eso  son fiestas de solidaridad y familia.
Ya tengo preparado el cuaderno para que uno por uno escribamos algo sobre esa noche. ¿Recordáis?
Bueno, ahora mi repetido cuento, pero  no quiero  que esta historia se olvide.

NAVIDAD 2014
Aconteció en estos  días que se promulgó una ley de extranjería por la que los sin papeles tendrían un plazo entre siete y treinta días para retornar voluntariamente a su país de origen. Un matrimonio de extranjeros, José y María, con la mujer en avanzado estado de gestación, llegados en patera y que buscaban trabajo en España, caminaban sin rumbo en la noche.  Encontraron refugio en una chabola abandonada a las afueras de una gran ciudad. Sucedió que el segundo día de pernotar en aquel lugar una grúa municipal los desahució, dejándolos a la intemperie una noche muy fría de un veinticuatro de diciembre del año dos mil catorce. Abrazados, retomaron el camino. Repentinamente se vieron obligados a detenerse y buscar nuevo refugio ya que la mujer presentaba síntomas de eminente alumbramiento.  El hombre llamado José, divisó a lo lejos los arcos de un centenario puentecillo. Allí, María –dijo-, allí podrá nacer nuestro hijo. Buscaré pasto, buscaré leños, encenderé el fuego y esperaremos a nuestro primogénito. Y el hombre, llamado José, extendió el pasto, lo cubrió con su vieja chaqueta y el niño nació. La mujer, llamada María, lo recubrió con su propia ropa y lo recostó en  el cálido montón de pacto, junto al fuego  preparado por José. Aquella madrugada, trabajadores de una fábrica cercana, al cambiar de turno,  los encontraron y compadecidos le ofrecieron lo poco que llevaban: se despojaron de algunas de sus ropas, les  dieron parte de sus bocadillos y prometieron  dar  cuenta a los Servicios Sociales para que les ayudasen.Así, al día siguiente, se personaron, tres mujeres provistas  de todo lo necesario para atender al  niño y darles cobijo durante el tiempo preciso para que retomaran  camino a su país.     
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Bueno, mis queridos nietos. Este año cenaremos en casa de la tita Belén y el chiquitín, mi Gonzalillo, dice: abuela, vamos a comer un filete “mu, mu” grande. Y está feliz de que vayamos todos a su casa.  Muchos besos y volve´re en estos días, a escribiros algo. Millones de besos.

martes, 16 de diciembre de 2014

Manos limpias

DIARIO CÓRDOBA/OPINIÓN
MANOS LIMPIAS
ISABEL Agüera
16/12/2014

¡Que no se trata del Sindicato del mismo nombre que se ocupa, entre otras cosas, de limpiar las manos de los corruptos!
Me quiero referir a una muy vieja costumbre que, al menos, a mí me enseñó mi padre: hay que lavarse las manos con agua y jabón, antes de comer, después de tocar dinero, al volver de la calle etc. Hoy, de vez en cuando, médicos, y medios, repiten y aconsejan que se laven mucho las manos para evitar contagios de enfermedades que entran por las manos y van derechos a la boca.
Y digo yo, ¿hay algo que todos nos llevemos a la boca más directamente que el pan? ¿Y por cuántas manos limpias pasa el pan? Me alertó hace unos días ver cómo justo delante de mí, teleras, barras, bollos, etc. rodaban por el suelo al ser sacados de una furgoneta, y que con toda naturalidad se recogían sin más.
La verdad es que fue un accidente porque puedo dar fe de los buenos repartidores que a diario tengo ocasión de ver, pero claro, salvo excepciones, el pan se coge, se vende con las mismísimas manos que se maneja el dinero, las bolsas, las máquinas, etc. ¿Y antes de ser repartido? ¡Cualquiera sabe por cuántas manos e "intemperies", insectos..., pasa. Y es curioso que haya entrado en vigor una normativa por la que en bares y restaurantes no se puede servir el aceite en aceiteras rellenables por el tema de la calidad, pero, ¿y el tema de la salud? En rigurosos estudios se concluye que, entre las causas que motivan brotes de toxiinfección, un diecinueve por ciento debe su origen a una manipulación incorrecta de los alimentos.
Pues, señores míos, ¿por qué no legislar que el pan se venda debidamente envasado en un mero papelito? ¡Qué buena cosa sería! ¡Y qué tranquilidad al comer el pan nuestro de cada día!

Y este maravilloso amanecer en Córdoba