Mis queridos nietos y nietas:
¡Sí, ya lo sé! Andáis preocupados sin saber cómo mejor felicitar a vuestros
padres, y yo voy a daros algunos consejitos pero sois vosotros los que os tenéis que poner las
pilas y pensar con sencillez y creatividad.
Y voy a empezar por un cuentecito.
Un padre, de avanzada edad, y
su hijo, en el fragor de la juventud, corrían por un parque. El hijo, en clara
y amplia ventaja, dejó muy atrás al padre que, con grandes dificultades,
trataba de hacer el circuito.
El hijo, que iba delante,
tropezó con una gran piedra hallada en medio del camino. Tras un doloroso
traspiés, exclamó: ¡Maldita..! Y prosiguió su carrera.
Cuando el padre llegó al lugar
donde estaba la piedra, tropezó y cayó, lastimándose un tobillo. No obstante,
medio a rastras, empujó a la piedra, hasta apartarla del camino. En su interior
se decía: No vaya a ser que tropiece con ella mi hijo y se haga daño.
¡Ea! Pues vamos a partir de
este cuentecito para que empecéis por pensar cómo son y qué hacen los padres
buenos por sus hijos. (Y os hablo de padres buenos porque, por desgracia, o por la mala pata de lo que
sea, algunos no lo son.)
Los padres se sacrifican,
trabajan, están atentos a todo lo que concierne a sus hijos como vestidos,
comidas, estudios, notas, salidas, compañías, etc. etc.
Los padres, llegado el caso,
darían todo lo que tienen, incluso la vida, por los hijos.
Los padres quieren siempre lo
mejor para los hijos.
Los padres aman a los hijos más que nadie en el mundo.
Bueno, muchas cosas más podría
deciros para que os detengáis un poco en pensar en lo mucho que recibís de
vuestros padres y también, ¡claro!, de las madres, pero hoy lo estamos
dedicando a los padres en exclusiva.
Y ahora yo os pregunto: ¿A
cambio de tanto y tanto como dan los
padres, qué es lo mejor que los hijos pueden darles? ¡Qué regalo es el que a
ellos les gustaría más recibir de los hijos? Seguro, seguro que cosas como
estas que os voy a citar:
Obediencia, estudio, respeto,
sinceridad, comunicación, atención y mucho, mucho cariño. Pero claro, eso no es
cuestión de un día sino que lo debéis interiorizar para que sean constantes en
vuestra convivencia diaria.
Y bueno, ¿un regalito? Pues,
por ejemplo, dibujar una tarjetita de
algún color bonito, dibujad en ella, una flor, un libro, etc. o pegad
una foto de él y escribirle algo que diga, más o menos: Para el padre más bueno
del mundo al que quiero millones. Y si podéis, lo enmarcáis con un sencillo
marquito.
También podéis escribirle algo
como esto:
A mi padre querido,
quiero felicitar,
con todo mi cariño
por lo mucho que me da.
A mi padre bueno
quiero agradecer,
desvelos y sacrificios,
para ayudarme a crecer.
ETC. ETC.
