A mis nietos y nietas


Si a vuestro paso habéis dejado caer alguna
espina, regresad, arrancadla y en su lugar sembrad
una rosa.

Vuestra abuela que os quiere tanto...


viernes, 25 de julio de 2014

A mis nietos en el día de los abuelos/as


 Mis queridos nietos: Este día tan maravilloso de los abuelos se lo he dedicado especialmente a los titos que, como sabéis tantas ganas tenían de ser abuelos y con tanto amor han recibido a su primer nieto.
Pero os lo escribo aquí para que  entendáis qué significan los nietos para los abuelos y siendo conscientes de ello, le correspondáis en lo que os toca. ¿Vale?
Un día singular y cargado de maravillosos matices este de los abuelos que dedico muy especialmente a mi hermana María Jesús y a mi cuñado César, abuelos por primera vez de un precioso niño que ha llegado a su vida, como llegan todos los nietos, vivificando ilusiones, amores, sueños… Se suele decir que a los nietos se les quiere más que a los hijos, y no es así, pero sucede que, cuando en el índice de la vida se van enumerando capítulos  grises, unas veces, y opacos, otras, ellos y ellas, nuestros nietos, nos elevan y transforman en paraíso irisado de ternuras infinitas. Y son balbuceos, sonrisas de bebé,   primeros pasos, primero todo de nuevo que nos hacen olvidar posibles deterioros, posibles depresiones y malos humos.  

Un nieto es un sueño convertido en realidad: Ellos nos dan lo que tal vez la vida nos quiso robar: amores, juventud, alegría, proyectos… Ellos y ellas son un paso más en la deseada trascendencia, ellos y ellas son la cuerda que activa el reloj de nuestra existencia, haciendo que el ritmo de nuestro corazón reciba  oleadas de impulsos nuevos.
Suelo decir que quien no tiene nietos no ha probado el néctar de la vida, elixir que nos hace entonar himnos de júbilo que en ecos prodigiosos deseáramos se extendieran por el universo.
Por eso, a mis hermanos, María Jesús y César, que tanto lo han deseado, que con tanto amor lo han recibido, que con tanto fervor lo proclaman a los cuatro vientos, mi más grata y sincera felicitación en este día en el que yo también me felicito  y me uno a todos los abuelos y abuelas del mundo para entonar a coro, la canción del salmista: 
Jubilate Deum omnis terra