A mis nietos y nietas


Si a vuestro paso habéis dejado caer alguna
espina, regresad, arrancadla y en su lugar sembrad
una rosa.

Vuestra abuela que os quiere tanto...


sábado, 4 de abril de 2015

Frases para mis nietos: familia



Nada de teneros olvidados, queridos nietos y nietas. Sabéis de sobra que eso no  sucederá nunca. Son las circunstancias por las que atravieso  en estos días las que me impiden no estar más en este blog que con tanto cariño os dedico. 
Pero hoy, tras días de vacaciones en familia de las que habéis  gozado, quiero dedicaros algunas cosillas que pienso sobre  este gran valor que es la familia.
¡Cómo recuerdo aquellos años de vida en familia! Primero, como niña, con padres maravillosos que, a pesar de las dificultades de los tiempos, me hicieron sentir la alegría de vivir.  Después, como madre, y también siempre con las dificultades que nunca faltan, y hoy como abuela. Esta, mi casa, no está vacía, porque es la mejor testigo de cuánta e intensa vida familiar se ha vivido en ella. Son, creo, mis mejores recuerdos.

El cálido rescoldo que debe posar para siempre en el alma de todos como antorcha de luz perenne se enciende o se apaga para siempre en la familia, en el aula maravillosa del hogar.

No, no está pasada de moda la familia. Lo estamos nosotros cuando, o bien la queremos sacar de la nada, cosa imposible, o bien nos empeñamos en resucitar y reproducir esquemas ancestrales de familia, cosa imposible. La familia es un camino que hay que andar día a día, rectificando, aprendiendo, colaborando… amando.
Y es  trabajo de todos: padres e hijos.

Porque la familia es una sociedad pequeñita, pero su labor trascenderá el universo.
Tuve un padre maravilloso que me enseñó muchas cosas, pero cómo muy especial recuerdo aquella noches de jardín y cielo en las que nos hablaba de estrellas, galaxias, misterios…
Tuve una madre de jazmines y violetas, de cajitas de música y pañuelos bordados. Tuve una madre de perfume de rosas, de ingenuas ilusiones, una madre de sueños, de rosarios y fe.
Tuve los mejores padres que podía esperar. Por ello, hoy, puedo  verlos y encontrarlos, siempre como mi mejor referencia de vida.