A mis nietos y nietas


Si a vuestro paso habéis dejado caer alguna
espina, regresad, arrancadla y en su lugar sembrad
una rosa.

Vuestra abuela que os quiere tanto...


domingo, 16 de abril de 2017

Carta a mis nietos en el Domingo de Resurrección



¡Ojala llegara al mundo la paloma de la paz, la justicia y el amor!

Sí, mis queridos nietos, que cada día me acompañáis, hoy, cuando  la Semana  Santa  empieza  a pasar página, dejando ecos de Pasos, saetas, inciensos, hoy, domingo de Resurrección, quiero dedicaros la reflexión  que  me brota, fluida  e imparable, al recordaros  y recordad cuánta emoción me produce cada año la celebración de este día que  hoy, entre cielo rosado,  piar de gorriones nuevos, silencio de una Avenida en calma total, me trae memoria más intensa que la imagen o el timbre de miles de voces. Son mensajes profundos que sólo yo conozco y que me provocan incontrolables deseos  de elevarme de esta “playa” a la búsqueda de un eterno abrazo con el universo.
¡Qué paz! ¡Qué amor! ¡Qué misterio! Una leve caricia noto correr por mis mejillas... ¿lagrimas? Pueden ser, pero esta vez de emoción por haber tenido fuerzas para superar momentos difíciles. También  de alegría por estar aquí con todos vosotros, mis amigos, con la luna que también se despide,  con potentes  recuerdos, celebrando esta maravilla que somos, cuando definitivamente nos sentimos resurgir como criaturas nuevas, tras cada noche de lúgubres pesadillas, tras cada evento que nos sumerge en dolor y apatía.
¡Qué felicidad mirar al cielo y comprobar que siguen los astros, y que la Osa Mayor permanece inmutable, juguete eterno de mis sueños. También yo sigo existiendo y saboreo con placer mi constante resurrección, mi decidido esfuerzo de levantar la loza de tan múltiples sepulcros como a veces tratan de ahogar las ilusiones de mi alma. Pero lo importante es la paz que conduce mi barca por las aguas tranquilas  donde la fe amansa tempestades y resucita muertos.. 
Queridos nietos, asistid conmigo a este maravilloso parto de la vida. Allí donde estéis mirad al cielo, levantaos, caminad,  dejando atrás  los despojos muertos que yacen en nuestro interior;  es domingo de resurrección- El ayer ya no es hoy, y  hoy, nada más abrir los ojos, tuve miedo de haberos perdido, pero no: seguís ahí con vuestros proyectos, sueños. ganas de vivir...
Haciendo caminos y rompiendo silencios. Algo me guía por los azules vientos.



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